Hay carreras que sólo existen en el corazón de uno. Pruebas de fondo a las que no hay que inscribirse, ni cuentan con bolsa del corredor, ni con chip de cronometraje y ni siquiera con arco de salida y llegada. Tampoco con rivales. Carreras que solo existen en nuestra imaginación y sobre las que hemos fantaseado mientras entrenábamos por un sendero o junto a la ribera de un río por enésima vez. Pepe López no es una excepción a este tipo de corredores soñadores. Él también imaginó una carrera inexistente, una prueba que naciera en su ciudad de residencia, Sevilla, y terminara en su querida Marchena, a través de la bautizada como Ruta del Girasol. El pasado mes de marzo Pepe decidió hacer realidad su sueño.
Cuentan los ancianos del lugar que antaño los agricultores y empleados del campo se desplazaban a pie a través de las campiñas andaluzas. Una de las rutas más habituales era la que unía Sevilla con el pueblo de Marchena. "Para trabajar mi bisabuelo se veía obligado a hacer este recorrido, no había otro medio de transporte. A mi un día me contaron esta historia y desde entonces la llevo grabada. Este año por fin me decidí a rendir homenaje a toda esa gente que cubrió a pie este recorrido con el único objetivo de poder trabajar", nos dice Pepe López Falcón.
A buen seguro que aquellos campesinos de finales del siglo XIX y principios del XX no llevaban zapatillas de amortiguación, ni tampoco camisetas técnicas, ni un GPS que les marcara los kilómetros recorridos. Se bastarían de sus descosidas alpargatas para recorrer decenas de caminos rurales. Unos caminos que a principios de primavera presentarían un aspecto muy colorido con predominio del amarillo, es decir, un auténtico océano de girasoles. Pero este año la sequía ha hecho imposible que florecieran.
A las siete y media de la mañana del 18 de marzo Pepe López salía de la capital andaluza dispuesto a recorrer los 49 kilómetros que separan Sevilla de Marchena. Lo haría en un camino prácticamente recto y sin girasoles, una fotografía inusual a esas alturas del año. Acompañado por su amigo Andrés García, quien se encargaba de guardar la ruta en GPS, el atleta sevillano trotó durante casi cinco horas por aquellas campiñas históricas.
Cuando tan solo le faltaban quince kilómetros para llegar a su destino, Pepe se encontró en el camino a un grupo de atletas de su club, el Maratón Marchena, dispuestos a acompañarle en el tramo final. Momentos emotivos que este atleta andaluz de pura cepa no olvidará. "Fue muy emocionante, sobre todo al llegar a mi barrio, a la calle donde yo crecí, con todos los vecinos aplaudiéndome. Yo empecé a correr por aquellas calles hace ya 28 años, siendo un adolescente", comenta Pepe.
A la llegada a Marchena su madre le esperaba como una espectadora más, y a buen seguro que se sintió muy orgullosa de su hijo maratoniano. Pepe López cumplía así un desafío con el que llevaba más de un año en la cabeza. Aunque está en la edad de oro del corredor de fondo (tiene 43 años), el atleta sevillano asegura que su mejor etapa ya ha pasado y que ahora en lugar de mejorar las marcas busca nuevos recorridos por los que trotar con ilusión. El de la Ruta del Girasol es uno que ha marcado precedente.
Y es que las semanas posteriores a su desafío Pepe López recibió docenas de correos electrónicos de otros corredores de la localidad asegurándole que el próximo año correrían con él. "Estoy seguro de que el año que viene seremos muchos haciendo la carrera", nos comenta. La repercusión del reto de Pepe en Andalucía ha sido tal que incluso su club, el Maratón Marchena, ya se plantea organizar una carrera por la Ruta del Girasol. De momento es solo una idea que si bien puede hacerse realidad a partir del próximo invierno.
"Será en Navidad cuando empezamos a mirarlo seriamente y a plantearnos la posibilidad de hacer una carrera bien organizada. El problema es que estamos condicionados por la siembra del girasol, ya que aunque este año no ha podido ser por la sequía, normalmente la campiña estará llena de sembrados de girasoles. Buscaríamos una ruta alternativa la semana antes de la carrera y fijaríamos un circuito definitivo", nos explica con ilusión el sevillano.
Así, de la manera más inesperada, Andalucía podría añadir una nueva prueba a su amplio calendario de carreras. Hablamos de una ruta que transcurre casi en su totalidad por caminos rurales y que sería un híbrido entre una prueba asfaltera (pero sin asfalto) y una de montaña (pero sin montaña), algo similar a la emblemática Rompepiernas de Rubielos Bajos (Cuenca).
Todavía en el aire, lo único seguro es que Pepe López volverá el año que viene a correr por la Ruta del Girasol. Lo hará acompañado de otros tantos amigos que ya se lo han prometido, y en una fecha que para nada se ha elegido al azar. Será de nuevo en el mes de marzo, aproximadamente treinta días después del Maratón de Sevilla. Todo tiene su explicación. "La idea es que los corredores que participen en el Maratón de Sevilla mantengan su pico de forma y a la vez tengan tiempo de recuperarse y puedan hacer la Ruta del Girasol un més más tarde", dice con coherencia Pepe.
Arraigadísimo a su tierra, este atleta de fondo no ha salido a competir lejos de su localidad. Si bien atesora casi una docena de maratones en Sevilla, el año que viene buscará estrenarse en el 42 malagueño, aunque hasta entonces su mente inquieta y soñadora seguirá rescatando pruebas nunca organizadas del limbo de las carreras populares. "La próxima será desde mi barrio, Sevilla Este, hasta los pies de la Giralda, un diez mil que seguramente haga en las próximas semanas", nos cuenta este soñador maratoniano.
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Redacción y colaboración Gerado Vázquez, Isaías Díaz, David Ramiro, Rafa García, Manuel Macià, Juan Antonio Alegre, Miguel Caselles, Almudena Rodríguez, Noelia Rojo, Alejandro de Ancos y Roberto García Ferreras. |