Como marca de atletismo no le vamos a descubrir a nadie la valía y calidad de las zapatillas Mizuno, sin embargo en el trail, aunque son reconocidas, les queda mercado que ganar y vuelven a apostar por las Cabrakan como uno de sus modelos de esta gama. En nuestros pies, la cuarta evolución y, como suele ocurrir en las marcas provenientes del tartán y asfalto, cimentadas en su amplio conocimiento en dichas superficies pero convenientemente adaptado.
Con los años las marcas de atletismo han aprendido que la suela es, a ojos de muchos, sinónimo de características y comportamiento montañero, con lo que ya prácticamente todas estas marcas disponen de modelos de profundo taqueado, como es el caso de las Cabrakan 5, y suela continua, sin piezas rígidas que puedan provocar derrapes incontrolados sobre piedra, aunque posiblemente sea más bien marketing para aceptar la visión europea de este deporte. Destacamos también la puntera, bastante bien reforzada, pero sin embargo los laterales de los dedos quedan un tanto desprotegidos, y en zonas técnicas y pedreras es de agradecer que todo el perímetro del pie quede aislado de la dureza de la piedras por algo más que una rejilla. Otro rasgo de la gama trail es la lengüeta cosida hasta la mitad de su longitud para evitar la entrada de piedrecitas. Nos gusta el cordaje, en general nada especial ni original a primera vista pero sí es interesante cómo va girando hacia el exterior del pie en una lógica geometría que sigue la línea de flexión de los dedos. Finalmente, y acabamos con la descripción, su flexibilidad en la mano es de dureza media, correcta.
En marcha, como suele suceder con los que hemos tenido varios pares de la marca Mizuno, se sienten conocidas, confortables y fáciles de domar, no hay apenas periodo de aclimatación, pero aun así conviene usarlas por pistas cómodas para comprobar sus reacciones. El pie se aprecia notablemente aislado, diríamos que en el límite de sentir el terreno, necesitas información del mismo, pero a la vez que vaya protegido. Con un peso de 355 gramos (talla 11 USA) se sitúa en la media de las zapatillas de montaña con características y usos previstos parecidos, y se sienten así, ni rápidas ni lentas, ni te frenan ni te hacen sentir una gacela, con un comportamiento predecible excepto en dos aspectos concretos: con fuerte media ladera, terreno no especialmente frecuente, se nota cierta falta de conexión del upper con la mediasuela, quizá el cordaje adolezca de falta de conexión con el resto de la zapatilla, y se le ven algo los colores; y segundo, encontramos la mitad trasera algo inestable, con lo que no la recomendaríamos para tobillos muy inestables en terrenos técnicos, no es especialmente preocupante, pero el tobillo podría ir algo más sujeto, se sienten algo de altas detrás y que no transmiten toda la confianza que debieran, pero ya digo que solo puede suponer un problema en casos muy concretos.
Un poco más adaptados a ellas sentimos su fácil fluir (para no ser "voladoras de trail" precisamente), cómodas, y que cuidan de nuestros pies, características que se agradecen tanto en el entrenamiento diario -admiten cualquier superficie, puede ser el único par sabiendo que iremos limando taco para cuando vayamos a la montaña- y las largas distancias, y con tiempo nos damos cuenta de que, colores aparte, son zapatillas discretas, que quizá no enamoren pero que hacen su trabajo con un notable alto, y se convertirán en una excelente herramienta para hacer muchos kilómetros con pocos sustos, que al final es lo que la mayoría buscamos.
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Redacción y colaboración Gerado Vázquez, Isaías Díaz, David Ramiro, Rafa García, Manuel Macià, Juan Antonio Alegre, Miguel Caselles, Almudena Rodríguez, Noelia Rojo, Alejandro de Ancos y Roberto García Ferreras. |