De ser una casi desconocida en España en el mundo de los corredores a tomar una buena posición en un mercado muy competido como es el del calzado. Algo así podría ser el resumen de los últimos años de Merrell, en parte gracias al fenómeno barefoot y en parte por verlo (y apostar) muy pronto en este nueva tendencia. Dentro de su catálogo, las Mix Master 2 que te presentamos aquí son un modelo a medio camino entre lo más radical de la marca (una Trail Glove, por ejemplo) y una zapatilla de entrenamiento, acercándose a la primera.
De construcción aparentemente sencilla es, de hecho, uno de los preceptos que defiende el barefooting, simplificar el calzado y dejar el pie (y articulaciones varias) actuar, no sobreprotegerlo. La parte superior es una sencilla rejilla tridimensional, muy ventilada y confortable, unos tirantes desde el cordaje a la mediasuela que le dan algo de solidez al conjunto y una puntera levemente protegida.
La mediasuela, elaborada en EVA, cuenta con un espesor de 9 mm en la parte trasera y 5 en la delantera, con lo que la diferencia, lo que ahora se llama drop, es de 4 mm, que sin ser extremo es mucho menos que una zapatilla de entrenamiento convencional, y le aporta ese carácter diferenciador, apreciable desde los primeros pasos, a pesar de que no transforma tu pisada hacia los metatarsos como sí ocurre en las ya mencionadas versiones radicales y que requieren una buena pisada y un largo proceso de adaptación.
Finalmente, la suela es continua (nos alegramos de no ver piezas rígidas que pueden dar lugar a resbalones en bajadas pronunciadas), con taco bajo y espaciado, de agradable tacto y correcta tracción.
Decíamos que la construcción parecía sencilla, y es lo primero que nos vino a la cabeza en los primeros pasos, como si fueran zapatillas ochentenas, lejos de las complicaciones y mercadotecnia que muchas marcas han defendido durante lustros. Especialmente si vienes de zapatillas normales, se siente ligera (227 gramos, talla 45), se corre fácil y no induce a una pisada de puntera de una forma excesiva, y permite desde el principio no sentirse tan alejado de un calzado que nos resulta extraño, como ocurre con Five Fingers o similares.
En consecuencia, el tiempo de adaptación es menor, pero te recomendamos que lo tomes con calma, pues sigue sobrecargando la zona del tríceps sural y el temido tendón de Aquiles, al hacerlo trabajar mucho más que con el calzado tradicional. Eso sí, permite ciertas licencias, con cuidado, pero no es, digamos, tan agresiva como aquellas con nula mediasuela y zero drop.
Una vez acostumbrados podemos empezar a exprimirlas, y es donde aparecen sus limitaciones. En media ladera se echa de menos algo de estabilidad y tracción, los metatarsos en zonas de piedras pequeñas sufren ligeramente, y no es apetecible la idea de rodar varias horas con ellas, quizá en parte por no haber adquirido aún la seguridad suficiente, pero a nadie le resulta sugerente imaginarse a dos horas de casa con los gemelos como pedruscos.
A cambio creemos que es una excelente segunda zapatilla, para combinar, estimular zonas dormidas de pies y piernas, sentir agilidad, recordar aquello de la propiocepción y sentirse ligero; y no es poca la sensación, es agradable, tras un par de horas de rodaje, hacer la última media hora con estas Merrell, percibiendo el suelo, enfatizando una técnica fluida y sintiéndote algo menos torpe que de costumbre. Interesante propuesta.
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Colaboradores Área de Entrenamiento: Jerónimo Bravo y Miguel Ángel Rabanal. Área de Material: Fernando Chacón y Kike de Diego Álvarez. Área de Salud: Enrique García Torralba y Alberto Sacristán. Área de Nutrición: Viviana Loria Kohen y Miguel Ángel Rabanal. Área de Carreras: Ignacio Mansilla y Alejandro de Ancos. Área de Trail: Miguel Caselles, Juan Antonio Alegre y Juanma Agejas. |