Oihana Kortázar: "No estoy preparada psicológicamente para correr un ultra"

¿Cómo te iniciaste en las carreras de montaña?

Yo hacía duatlones de asfalto y hace unos cinco años en el pueblo donde vivo se celebró una carrera de montaña y me apunté. Yo nunca había corrido en montaña, solo había hecho trekking. Recuerdo que no había mucho nivel pero quedé la primera. Ya en 2009 me llamaron para correr con la Selección Vasca y empecé a tomármelo más en serio, con un calendario programado y un entrenamiento más específico.

¿Cuándo te das cuenta de que vales para este deporte?

Creo que fue al ganar el Campeonato de España de 2009, aunque antes ya había ganado pruebas bastante punteras en Euskadi, pero aquel primer año mi nombre no estaba entre las favoritas y creo que sorprendió mucho que yo ganara porque acababa de empezar en el mundillo.

¿Cuánto tiempo le dedicas a entrenar?

Unas tres horas diarias entre semana y unas cuatro horas el fin de semana.

Con la presión de ganar, ¿Los atletas de elite conseguís disfrutar igual las carreras?

Quizá esa es la parte negativa de ser atleta de elite, que tienes que correr según las expectativas de la gente, no según las tuyas, cuando realmente solo eres tú la única persona que sabe cómo te encuentras cada día. Desde fuera solo ve que has quedado en esta o aquella posición, y parece que tienes que dar explicaciones, pero en ese aspecto, por mi personalidad, me influye poco el qué dirán. Yo disfruto igual siendo cuarta que ganando, pero al final sí que te afecta que haya gente que espera cosas de ti o un patrocinador detrás.

¿Qué carrera tiene un significado especial para ti?

Zegama. Ha sido la carrera que me ha abierto todas las puertas. Después de ganarla en 2011 mi nombre empezó a sonar mucho más e internacionalmente consigues una repercusión mayor. De hecho, creo que fue en el maratón de Zegama donde Salomon se empezó a fijar en mi. Es una prueba de referencia por los atletas que compiten y por la cantidad de espectadores que reune. Este año sabía que no estaba especialmente bien, y aun así, aparecía como una de las favoritas, pero en carrera no me encontré nada bien y me tuve que retirar.

¿De qué prueba internacional tienes mejor recuerdo?

El Cruce de los Andes entre Chile y Argentina fue muy emocionante. El recorrido es precioso y la convivencia muy buena durante toda la semana. Fueron tres etapas con distancia de maratón, por un terreno que no tenía mucho desnivel, pero muy bonito..

Actualmente, ¿Qué rivales son las más fuertes a batir?

Ahora mismo, internacionalmente Emelie Forsberg y Stevie Kremer están muy fuertes, lo llevan demostrando mucho tiempo. Y en España, Maite Maiora está creciendo mucho y es una rival muy dura.

¿Cómo es Kilian en las distancias cortas?

Es un chico totalmente normal. Humilde, bromista, divertido, no excesivamente hablador. Es como puede ser cualquier chico de su edad. Se leen y se escuchan muchas cosas sobre él porque se ha creado un mito en torno a su persona, pero ni se le ha subido a la cabeza ni es una persona distante ni individualista. Las veces que he coincidido con él en las concentraciones del equipo y en los viajes me ha parecido un chico corriente, que le apasiona lo que hace.

¿Cómo fue la experiencia de ganar la Behobia?

Aquello fue curioso. Yo me estaba preparando para la K42 Patagonia, que es una carrera bastante rápida y, por eso, decidí meter más kilómetros en llano. Pensé que en lugar de entrenar yo sola por asfalto (algo que me aburre mucho) sería más divertido correr la Behobia. Pedí un dorsal cinco días antes de la prueba, me lo concedieron y la gané. No hice una gran marca, 1h:14, pero las mejores atletas ruteras no fueron a la prueba.

¿No te pica el gusanillo de la ultradistancia?

La verdad es que no. Tengo varios motivos por los cuales no dar el paso. Creo que psicológicamente no estoy preparada para correr tantas horas seguidas. Además, mientras siga ganando en mi distancia estaré motivada para correr. Si me pasara al mundo de los ultras seguramente no funcionaría bien, de hecho, actualmente ya algunos maratones se me atragantan. Tampoco quiero hacer algo porque esté de moda. Ahora parece que si no corres un ultra no eres nadie, y las victorias en pruebas más cortas, como un kilómetro vertical, están devaluadas.

¿Confías en que algún día se profesionalice el trail?

Espero que sí. Me llena de esperanza ver otros deportes, como el triatlón, que empezaron como nosotros y ahora son olímpicos. Actualmente en el trail hay muchas marcas, pero ofrecen material, no un contrato. Igualmente, si este deporte, que es un hobbie, se convierte en tu profesión, quizá no lo disfrutarías tanto; pero la verdad es que después de tanto esfuerzo, sí sería bonito que se profesionalizara.