Era cuestión de tiempo fabricar un pulsómetro capaz de integrar un GPS sin necesidad de utilizar ningún otro complemento externo para medir la distancia recorrida. Esto es lo que diferencia al nuevo Polar RC3 GPS del resto de los pulsómetros que la marca finlandesa ha comercializado durante décadas, es decir, un paso de gigante que parece ser definitivo para el mundo del running. Porque la genialidad de este reloj deportivo reside en la integración de un sistema de posicionamiento por satélite que permite al corredor saber al instante cuál es la distancia que ha recorrido o en qué lugar se encuentra ubicado en ese momento.
La estabilidad y la precisión son las dos mejores cualidades del dispositivo, lo que ya supone sacar un sobresaliente como aparato de medición de datos. Si bien el satélite puede tardar dos o tres minutos hasta recibir la señal, una vez iniciada la marcha con el GPS en funcionamiento, todo va sobre ruedas. Sobrevive bien al paso por túneles, zonas urbanas o bosques, y la precisión en las distancias es casi milimétrica. Por contra, apreciamos algunos saltos en la medición del ritmo de carrera cuando elegimos la opción instantánea en lugar del ritmo medio de la sesión. Un problema frecuente que sufren absolutamente todos los relojes del mercado.
Disponer de los datos de entrenamiento en tiempo real es el objetivo de este reloj, ofreciendo frecuencia cardíaca, distancia recorrida, tiempo empleado, ritmo medio (o ritmo actual), cadencia y velocidad, entre otros parámetros. Sí echamos en falta la opción de poder personalizar los datos que queremos ver en pantalla sin necesidad de movernos por el menú de datos mientras estamos corriendo. Aunque con un par de simples clicks, tenemos acceso instantáneo a todos los datos de la sesión.
Si hablamos de comodidad, el RC3 GPS es, en mi opinión, el mejor pulsómetro deportivo de la marca. El material de la correa goza de una flexibilidad y textura que no tenía por ejemplo la correa del RS 300X, más rígida y menos flexible. Su agujereado para introducir la hevilla abarca tantos anchos de muñeca que cualquier tipo de usuario lograría un ajuste perfecto. En carrera el reloj no vibra y a pesar del sudor la correa no coge malos olores ni salen rozaduras en la piel. Pesa 60 gramos, la pantalla es ostensiblemente más grande que otros relojes de Polar (lo que significa menor esfuerzo a la hora de visualizar los números), dispone de cinco botones ergonómicos y de un pequeño puerto USB escondido en el dorso de la pantalla con cierre de imán.
Este pequeño chip lo conectaremos al ordenador mediante un cable (incluido en el pack) para transferir todos los datos a www.polarpersonaltrainer.com, el portal de entrenamiento de los usuarios de Polar y diario personal del corredor. Tras elegir un nick de usuario, solo hay que instalar el software WebSync (gratuito) en nuestro PC, registrar el producto y descargar todas las sesiones de entrenamiento guardadas en nuestro dispositivo. La interfaz de este portal resultará sencilla a quienes ya hayan utilizado algunas similares y resultará algo compleja, de primeras, a quienes usen por primera vez un diario personal de entrenamiento en Internet.
Una vez sentados frente al PC, ya estamos preparados para afrontar un mar de datos acerca de nuestras sesiones. Entre las muchas opciones que tenemos, destacamos las siguientes: kilómetros semanales y mensuales recorridos, pulsaciones registradas en cada una de los cinco zonas cardíacas, velocidad llevada en cada tramo del entrenamiento, estudio de cada vuelta o lap (series), visualización del recorrido en Google Maps, y comparación de las sesiones almacenadas. En resumen, un control supremo sobre nuestras carreras.
El Polar RC3 GPS ofrece también multitud de funciones a las que podríamos dedicar una revista entera. Me centraré en una de las más interesantes, bautizada como Back to Start. Esta función nos permitirá, en caso de pérdida, regresar al punto de inicio gracias a las indicaciones que nos dará el Polar. Tras activar la vista Back to Start, una flecha en la pantalla nos indicará hacia donde dirigirnos y nos retornará al punto de inicio.
En resumen, este reloj deportivo es sin duda alguna uno de los más completos y sofisticados del mercado. El control que realiza sobre nuestro entrenamiento es de lo más exhaustivo y preciso posible, y debido a su imagen y comodidad, podemos utilizarlo sin problemas como reloj de uso cotidiano.
Otras consideraciones:
· Reloj polideportivo. El RC3 ofrece hasta cinco archivos diferentes en función del deporte que vayamos a practicar. Como predefinidos vienen el running y dos de ciclismo, pero se pueden añadir dos nuevos.
· Batería. Con el GPS activado la batería dura unas diez o doce horas, y si lo desactivamos puede durarnos meses. El tiempo de carga de la batería (en el PC) es de aproximadamente una hora y media.
· Verificación de sensores. Antes de iniciar nuestra carrera, en la pantalla aparecen dos pequeños iconos (GPS y sensor de frecuencia cardíaca) que, con un stick, nos darán el visto bueno para empezar el entrenamiento.
· Función Smart Calories. Es el contador de calorías del reloj, uno de los más precisos que existen en la actualidad. Calcula las calorías en función de los datos introducidos por el usuario y el ritmo de entrenamiento.
· Cinta cardíaca. El transmisor H3 está fabricado con materiales suaves, es muy cómodo y los electrodos captan perfectamente nuestro ritmo cardíaco.
Packs de producto:
· RC3 GPS + cable micro USB = 225 euros
· RC3 GPS + cable micro USB + transmisor H3 = 275 euros
· RC3 GPS + cable micro USB + transmisor H3 + sensor de cadencia = 300 euros
* Este reloj es compatible con los siguientes accesorios de Polar: sensor de cadencia W.I.N.D., sensor de velocidad W.I.N.D., sensor de velocidad s3+ y transmisor H3.
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Redacción y colaboración Gerado Vázquez, Isaías Díaz, David Ramiro, Rafa García, Manuel Macià, Juan Antonio Alegre, Miguel Caselles, Almudena Rodríguez, Noelia Rojo, Alejandro de Ancos y Roberto García Ferreras. |