Un grupo de setenta personas rueda cada jueves noche por las anchas calles de Fishtown, un barrio situado al noreste de Filadelfia. Al frente de ellos David April, un simpático americano casi cincuentón que apenas lleva unos años gastando zapatillas. A la rutina acuden corredores de perfiles muy diferentes formando un grupo heterogéneo de difícil definición. Pero a todos ellos les une una misma pasión: correr unas millas y echar una cerveza. Se hacen llamar Fishtown Beer Runners.
El club de David April, abierto para todo aquel que quiera hacer vida sana, reir y tomar una cerveza, cuenta ya con más de 200 integrantes. Algunos no han corrido más de cinco millas en toda su vida. Otros acumulan varios maratones y hacen series en pistas de atletismo. No importa. Cuando se ponen la elástica de Beer Runners todos disfrutan el running de la misma manera. "Nuestro objetivo es socializarnos, divertirnos y echar unas risas", asegura su creador.
Todo comenzó un día leyendo el periódico The Guardian. En sus páginas un profesor español de la Universidad de Granada aseguraba que la cerveza podía rehidratar de la misma forma que el agua después de hacer ejercicio. Y a David April se le encendió la bombilla. Quiso comprobarlo en persona y por vez primera en su vida se compró unas zapatillas deportivas. De eso han pasado ya casi cuatro años. Ahora habla de running como un corredor más. Un corredor más que prefiere una cerveza a una isotónica después de entrenar.
"Aunque ni siquiera podemos decir que seamos un club de entrenamiento. Lo nuestro es más bien un club social donde la excusa para reunirnos es correr", comenta. Correr y beber una caña, por supuesto. Con esa sencilla idea David April viajó hasta nuestro país a finales de septiembre. Fue su manera de responder a la llamada de la asociación Cerveceros de España, quienes le ficharon como embajador para difundir su filosofía de running y cerveza.
Hasta siete ciudades españolas (A Coruña, Barcelona, Madrid, Zaragoza, León, Sevilla y Toledo) pudieron compartir unos kilómetros con David. Esta gira altruista y no lucrativa ha calado en nuestro país. Y es que han sido centenas los corredores populares que se han lanzado a las calles con Beer Runners. El final de la actividad siempre tenía lugar en alguna carpa o un bar de la ciudad, preferentemente bares que estuvieran pasando apuros por la crisis.
En su proyecto David April ha contado con importantes apoyos, como el brindado por Christopher McDougall, autor del best-seller Nacidos para Correr e impulsor del movimiento barefoot. El escritor americano no dudó ni un instante cuando recibió la invitación de Beer Runners para correr y tomar una cerveza. "Nos dijo que era el club de corredores más divertido de Estados Unidos. Organizamos una firma de libros y un clinic. A diferencia de todos, él corrió descalzo. Pero luego sí quiso una cerveza con nosotros", explica entre carcajadas nuestro simpático protagonista.
Durante su estancia en Barcelona, David aprovechó para visitar el Museo de la Cerveza Damm. Le preguntamos sobre sus gustos personales. "No podría quedarme con un tipo de cerveza concreto, cada una es diferente y a mi me gustan todas. Quizá por ser la de mi tierra elegiría la cerveza Kensinger, la más famosa de Filadelfia", asegura mientras ojea las páginas de Planeta Running.
Desde hace unos años en algunos lugares costeros de nuestra geografía se celebra un tipo de carreras fuera de lo común. Carreras que no aparecen en los calendarios de las revistas ni a los que hace falta inscribirse. No hay chips ni dorsales, ni tampoco arco de meta ni bolsa del corredor. Lo que sí hay es un ambiente difícilmente comparable. Hablamos de lugares como Elche, Santa Pola, Guardamar del Segura o Cartagena, pueblos que desde hace años y cada vez con más regularidad organizan Trotadas Cerveceras.
Así las bautizó alguien en algún momento de lucidez. Y es que no se puede resumir mejor y en menos palabras la esencia de este tipo de carreras que no son entrenamientos comunes ni tampoco pruebas oficiales. Llamadas también Trotadas Gastronómicas, estos eventos se caracterizan por reunir a corredores de muy distinto perfil con el objetivo de crear un gran ambiente en el que reina la amistad y el deporte.
Las redes sociales y el boca a boca sirven como soporte para hacer llegar la información a cualquier corredor que quiera vivir esta experiencia. "Se marca una fecha y una hora en cualquiera de estas ciudades costeras y rápidamente aparecen un montón de interesados que quieren probar. Normalmente se hacen trotadas de 15 o 20 kilómetros y a diferentes ritmos para que nadie se quede rezagado del grupo", nos dice Manolo Maciá, pionero en este tipo de actividades sociodeportivas.
Estos entrenamientos permiten además descubrir nuevas zona para correr. Se celebran por ello lejos de núcleos urbanos y aprovechando las zonas naturales que hay alrededor de estos pueblos del Levante. A la orden del día está el intercambio de experiencias y anécdotas entre los protagonistas que trotan a un ritmo más bien relajado. No hace falta conocer a la persona que llevamos al lado. Lo importante es hablar con ella y comentar vivencias.
Hasta doscientos corredores se han llegado a juntar en alguna ocasión. ¿Por qué están teniendo tanto éxito estas Trotadas Cerveceras? Manolo Maciá nos contesta una vez más: "Creo que influye bastante el precio desorbitado de algunas carreras donde el participante paga demasiado por una camiseta y poco más. Estas trotadas tienen el atractivo de ser más rentables, ya que por apenas cinco euros (o la cantidad que se acuerde) tomamos unas cervezas y unas tapas. Además no solo estamos los corredores, sino también los familiares que quieran apuntarse a la comida", nos explica.
Y es que todas las Trotadas Gastronómicas tienen su punto y final en algún bar con el que previamente se ha alcanzado un acuerdo para conseguir precios más reducidos. Además estas actividades que a menudo gozan del apoyo de las autoridades locales, lo que supone contar con Policía Local y Cruz Roja en caso necesario. "Todo un lujo para estas carreras lúdicas que pronto se harán por todas partes", augura Manolo Maciá, alma máter del atletismo en Guardamar.
Las Lunáticas
La conocida ciudad de Elche es la que se encarga de dar un toque original a las Trotadas Gastronómicas. En este rincón alicantino, como si de hombres lobo hablásemos, se reunen en las noches de luna llena un grupo de runners sedientos de kilómetros. Ocurre una vez al mes y al evento se le bautizó con el nombre de Lunáticas. Fausto Chicano es su organizador: "La idea nació en el mes de febrero, cuando celebramos nuestra primera lunática, con apenas cero grados de temperatura. Desde entonces el grupo ha crecido y nos hemos llegado a juntar cincuenta personas", nos comenta.
El ritual no cambia en absoluto respecto a las Trotadas Gastronómicas. Primero tiene su protagonismo el running, e inmediatamente después la cerveza. Las noches de luna llena terminan con el grupo de corredores en la puerta de algún bar de Elche o bien sentados al aire libre con bocadillos preparados en casa. Lo que nunca varía es el ambiente: charlas y risas.
Las lunáticas suelen celebrarse por la zona del pantano de Elche, donde hay menos vehículos. Los aventureros atletas se dan cita con un frontal en la cabeza y son engullidos por la noche alicantina hasta que se llegue al final de la ruta preestablecida. Una ruta que puede desplazarse a otro lugar cercano para probar nuevos recorridos. "Cualquier idea es bienvenida, así como nuevos corredores que quieran salir con nosotros. Vamos a un ritmo bastante lento para que nadie se quede descolgado", asegura Fausto.
Si eres un habitual de las carreras populares de Murcia seguro que más de una vez te has fijado en una colorida camiseta naranja y negra con una cerveza humana rebosante de espuma corriendo la mar de feliz. Es la correbirrica. Su ideólogo no fue otro que Óskar Sánchez, creador del Club Correbirras, uno de los más prolíficos de la región en materia de atletismo popular. Él también mezcló sus dos grandes pasiones: el running y la cerveza.
¿De donde surge la idea del Club Correbirras?
Se me ocurrió una tarde al volver del Cross de Cabo de Palos. Necesitaba un dominio para crear la web y uniendo aficiones nació la criatura. Yo pensé el logotipo y mi gran amigo Alfonso Cascales lo plasmó en papel. Empezamos con el club unos cuantos amiguetes, lo registramos hace un año y ahora somos casi doscientos. Entre todos los miembros llevamos el club adelante aunque mi mujer Pilar y yo llevamos el peso de la página web.
¿Cuándo nacen vuestras Trotadas Gastronómicas?
La idea original viene de Alicante. Corredores como Francisco Navarro, Toni López o Manolo Maciá comenzaron a convocar a grandes grupos de atletas para rodar por la sierra y luego acabar con un almuerzo a medida del desgaste realizado. De ahí a convocarlo por las redes sociales y recoger una cuota de tres o cuatro euros para víveres hubo solo un paso. Estos rituales ya los hemos convertido en todo un arte.
¿También hacéis desayunos?
Depende de la hora a la que acaba el entrenamiento. Una de las últimas veces empezamos a las doce de la noche y cuando acabamos de correr vimos que estaba amaneciendo. Y qué mejor forma de empezar el día que sumergiendo nuestras piernas en el mar y desayunando unos calamares a la plancha bien regados en cerveza en el chiringuito de turno.
Un chiringuito al que le hacéis el agosto...
Normalmente llegamos a un acuerdo previo con el dueño y nos hacen unos precios estupendos. Pero claro, con más de cien personas, por poco que nos cobre, se saca un buen pellizco. Aunque debo confesar que en una trotada reciente, yo no comprendo cómo no perdieron dinero con nuestra visita. ¡Lo que pudimos comer!
Si siguen subiendo el precio de las carreras, ¿algún día sustituirán estas trotadas a las carreras organizadas?
No lo dudes. Si los organizadores no se conciencian de que esto es un hobbie y no podemos gastarnos tanto dinero en correr, acabaremos haciéndolo de esta forma y por nuestra cuenta. Con la mitad de dinero que nos cuesta una carrera oficial, corremos lo mismo, en compañía y disfrutamos de un suculento almuerzo incluido en el precio.
¿Rehidrata mejor una cerveza que una isotónica?
No sé si con la cerveza se recuperarán mejor los electrolitos esos, pero mucho más divertido y reconfortante sí que lo es jajajaja. En serio, está demostrado que la cerveza sin alcohol es una bebida reconstituyente para después de hacer ejercicio, y si la tomamos con alcohol solo debemos ser cautos y no pasarnos. Así que, ¡a correr y a beber cerveza se ha dicho!
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