Isabel Macías: "Aún estoy creciendo como atleta"

Ahora que viene la temporada de verdad, ¿cómo te encuentras?

Estoy muy bien. Como me encuentro en pleno periodo de carga de entrenamiento, lo típico en estas fechas, ando un poco más cansada. El volumen es más fuerte que en competición. Hay dolores, pero si no los tienes es que no estás entrenando lo suficiente. Tengo muchas ganas de competir.

¿Qué objetivos te planteas a corto plazo?

Las dos metas primordiales son el Europeo de Helsinki y los Juegos de Londres. Hay que estar en los Juegos Olímpicos, pero aún tengo que conseguir la mínima olímpica A, ya que con la B no es suficiente. Hay que trabajar muy duro para cumplir esos objetivos. Tengo que empezar a correr pronto.

La mínima olímpica A es 4:06.00 y tienes 4:06.50. ¿La conseguirás?

Es sólo medio segundo, pero en el atletismo, aunque el invierno haya sido muy bueno, y en principio pueda conseguir esa mínima sin problemas, cada carrera es un mundo. Es complicado encontrar la carrera en la que lograr la marca que necesito. Puedes valer ese tiempo y que sin embargo no te salga. Tengo muchas ganas y mucha ilusión. Mi entrenador y yo estamos trabajando muy bien, y si todo sale según lo previsto no tiene por qué haber problemas. Pero ese medio segundo se puede resistir.

¿En qué carrera atacarás los 4:06?

Hay un par de mítines interesantes, y a finales de mayo es probable que vaya a Roma. Y no descarto los mítines españoles, sobre todo el de Barcelona. Hay pocos cartuchos pero buenos. Tengo confianza en que salga.

En 2011 te proclamaste Campeona de España de mil quinientos. Dijiste que no te hizo tanta ilusión por no haber competido Natalia Rodríguez... ¿has cambiado de opinión?

Valoro el título. Hay que estar cuando hay que estar y yo tengo el título en mi casa y me encuentro satisfecha. En pista cubierta saboreé mucho el Campeonato, pero el de aire libre se me quedó cojo por la situación. Me apenó mucho el esguince que sufrió Natalia. Es una persona a la que admiro y no gusta ganar un título así. El título me dejó un sabor agridulce.

En los recientes Millrose Games lograste la cuarta mejor marca de mil quinientos en pista cubierta (4:08.80). ¿Cómo fue la experiencia?

¡Fue una gozada! Terminé como una niña con zapatos nuevos. Siempre había querido visitar Nueva York con Luis Alberto [el ochocentista Luis Alberto Marco es su novio] pero nunca encontrábamos la fecha. Como ya disponía de la mínima para el pasado Mundial de Estambul, me cuadró perfectamente ir a los Millrose Games. Fue un viaje frenético, corto e intenso. La ciudad me dejó anonadada, y también el público, el ambiente tan diferente y el trato que dan a los atletas. Disfruté mucho. Aún lo tengo como en una nebulosa. A veces creo que no he digerido bien esa carrera.

¿Corréis los atletas españoles muy poco fuera de nuestro país?

Con mis marcas era muy difícil salir fuera. El año pasado competí en Lieja, Rieti, Rovereto... Pero también te digo que yo misma me pagué todos esos viajes. Cuando te encuentras con dificultades para que te metan en ciertos mítines y te ves en la obligación de sacar de tu bolsillo para competir, correr fuera se hace complicado. Pero corriendo en el extranjero se aprende un montón y se adquiere mucha experiencia. Espero competir en Londres y Roma, pero por ejemplo en Barcelona, el año pasado, hubo una carrera sensacional. Hay que encontrar el equilibrio en el calendario y escoger alguna carrera fuera y alguna en casa.

¿De qué logro internacional te encuentras más satisfecha?

Mi Campeonato Iberoamericano en Ponce (Puerto Rico) me hizo mucha ilusión, pero me quedo con mi quinto puesto en el Europeo de pista cubierta de París del año pasado. Allí me faltó creérmelo. Cuando vi que no estaban tan lejos las medallas sentí que perdía una oportunidad. París ha supuesto un revulsivo para mí, ese punto de inflexión que necesitaba en mi carrera deportiva.

¿Qué conclusión extraes de tu paso por el Mundial de Daegu en el pasado verano?

Lo luché con uñas y dientes y hay veces que la mala suerte influye en el resultado. Me tocó la primera serie en la que se ganó con 4:14, que es una marca lenta. Tenía la esperanza de que salieran a correr fuerte y de poder traerme de allí una marca personal. No fue así y no me vi con la solvencia de tirar yo de la carrera. Tenía la penúltima marca de las participantes y no me vi como para hacerme responsable. Me faltó esa iniciativa. No corrí muy bien, pero cuando después me vi en vídeo tampoco fui tan desastrosa como me sentí en competición. Me quedo con que no desentoné. A veces vas a un campeonato y te quedas con la sensación de que estás fuera de lugar; ahora ya no es así. Fue una mala experiencia en el resultado, pero aprendí mucho y me dio confianza. Lo tenía que haber hecho mejor y estar seguro en semis, pero aquí no hay nadie cojo.

¿Hasta dónde puede llegar Isabel Macías?

De momento con el 4:08 de Nueva York me quedé con la sensación de que puedo más. Aún estoy creciendo como atleta. Cuando me preguntan si llegaré o si rebasaré la barrera de los cuatro minutos en mil quinientos nunca sé responder. Hay que seguir trabajando y luchar por lograr una medalla internacional y estar en unos Juegos Olímpicos.

¿En qué pista o estadio has sentido una emoción especial compitiendo?

En el tartán nuevo de Barcelona. Allí hice mi marca el año pasado. No había podido disputar el Campeonato de Europa en 2010 por tan sólo 6 centésimas y ese tartán me lo debía y me lo devolvió con creces. En esa pista sentí un feeling especial. Esa marca (4:06.50) me reportó esperanza y me ayudó a dar un salto de calidad.

Sigues con Jesús Romero, tu entrenador de toda la vida...

Hace no mucho un compañero me dijo que con mi actual entrenador había terminado una etapa y que debía pasar página. Empezamos un proyecto en común siendo muy jóvenes, es la persona que mejor me conoce y si estoy en Londres se lo deberé a él. La confianza es lo que vale y seguiré trabajando con él.

¿Qué prueba te gusta como espectadora?

Tanto el ochocientos como el mil quinientos. Todavía veo más espectacular el ochocientos. Es una prueba frenética y muy complicada. Cuando veo a Luis [Alberto Marco] me pongo nerviosísima. En el milqui si cometes un error puedes corregirlo, pero en el ochocientos con un solo error, la carrera está perdida. Por defecto profesional nunca me pierdo las pruebas de mediofondo.

Luis Alberto Marco y tú sois pareja y atletas de élite; ¿cómo vivís cada uno las carreras del otro?

¡Las vivimos muy mal! Cuando corres tú en todo momento controlas y sabes cuándo vas a cambiar y qué sensaciones llevas. Lo controlas más y mejor. Sin embargo, el que te ve en la grada no lo sabe. Se hace mucho peor verlo desde la barrera. Yo lo paso mucho peor, y tengo más nervios, cuando veo las carreras de Luis que cuando compito yo. A él le ocurre lo mismo. Cuando me clasifiqué para la final de Estambul lo hice entrando segunda en los cuadros. Me decía: ¡No me hagas esto hasta el final! Y yo le respondía: ¡Pero si es para darle emoción hombre!

Has sido Campeona de España en ruta. ¿Para cuándo una milla en pista?

Tengo muchas ganas. Este invierno en Nueva York creía que mi prueba era una milla. Me hubiera gustado que lo fuera porque tenía paso oficial por el mil quinientos y me habría valido igual. Es muy difícil cuadrar los calendarios como para encima correr pruebas no olímpicas. Espero que alguna vez se de la circunstancia. De momento, con las millas en asfalto disfruto mucho.

¿Qué te parece el auge del atletismo popular?

Es impresionante lo que están creciendo las carreras populares. El atletismo popular es el hijo pequeño del atletismo. Si de alguna manera desde ahí se suscita interés por conocer el complejo mundo del atletismo, bienvenido sea. Tengo un compañero que tiene una tienda de deportes y yo misma veo que hay aficionados que son más profesionales que los propios profesionales. A mí siempre me ha gustado por el ambiente. No he corrido muchas pruebas populares, pero me encantaría tomar parte en alguna con mucha participación, como la San Silvestre Vallecana o la Cursa Bombers. De momento ¡creo que se me harían muy largas!