San Lorenzo abre el solsticio de verano

San Lorenzo de El Escorial, quizá el pueblo más turístico de la sierra madrileña, celebró este domingo la décimo segunda edición de su particular media maratón. Lo hizo agotando de nuevo el cupo de participantes, 500, quienes disfrutaron de una prueba que se vende como una carrera en ruta pero cuyo perfil encaja a la perfección en una carrera de montaña. Así lo confirman sus casi 400 metros de desniveles, ideales para hacer piernas en plena competición, pero demasiado obstáculo para acercarse siquiera a tu mejor marca en la distancia.

Recién estrenado el verano, el sol se hizo fuerte en el cielo desde primera hora de la mañana. Los atletas se congregaban en las inmediaciones del polideportivo Zaburdón, epicentro del evento. El 70% del pelotón repetía prueba, mientras que el 30% restante se enfrentaba por vez primera a aquella carrera de la que tanto se habla en los mentideros del running. Muchos de ellos vinieron en coche desde la capital, ya que el aparcamiento, gratuito y cercano, es una de las facilidades que esta carrera ofrece.

El plato fuerte de esta media maratón (no homologada) es la subida al Puerto de Abantos, que aunque no se llega a coronar, da fe de su dureza en las zetas que los participantes debieron afrontar en el primer tercio de carrera. Hablamos de un ascenso emblemático, de grandes recuerdos para los ciclistas, y donde Roberto Heras logró tras una excelente cronoescalada ganar su última Vuelta a España.

A falta de bicicleta, los corredores tuvieron que tirar de piernas hasta alcanzar el primer avituallamiento. Quien más quien menos hacía pequeñas paradas para recuperar algo de pulso y evitar vaciarse antes de coronar el techo de la carrera. Como recompensa al esfuerzo, unas maravillosas vistas de la sierra de Madrid, escenario este próximo fin de semana del Gran Trail Peñalara.

A lo largo del recorrido se disfrutan de algunas de las cumbres más famosas de la capital, como la Maliciosa y Bola del Mundo, el pico San Benito o la conocida silla de Felipe II. Precisamente fue este monarca quien, en el siglo XVI, mandó construir el monasterio que ha situado a este pueblo en el mapa nacional. Una majestuosa arquitectura que recibe millones de turistas al año y que los runners pudieron ver desde distintas perspectivas a lo largo del trazado.

También son reseñables los últimos kilómetros por las adoquinadas calles del casco histórico, donde se congregó un pequeño núcleo de público que ayudaba a los participantes a afrontar esas últimas rampas que tanto sudor costó. Más de cien voluntarios velaron por el bienestar de los participantes, lo que significa a más de un voluntario por cada cinco corredores. Un auténtico lujo. El engranaje está magistralmente dirigido por Fernando Del Campo, director de la prueba, y por los miembros de la Agrupación Deportiva San Lorenzo.

Récord de Anouar Dabab

En su duodécima edición esta carrera registró una nueva plusmarca, obra del atleta marroquí Anouar Dabab, ganador dos veces de la San Silvestre Vallecana Popular, quien entró en meta en un tiempo de 1h:09:53, dejando a diez minutos al segundo clasificado y rebajando el récord en 14 segundos. En categoría femenina la victoria fue para Saida El Mehdi, cuarta en la clasificación general y mujer de Dabab, quien marcó un crono de 1h:21:08.

Poco después de las 11:30 de la mañana llegaba el último corredor inscrito. En el polideportivo Zaburdón se realizó la entrega de premios y a continuación, tras avituallarse en meta con cerveza y sandía, los participantes pudieron disfrutar de la piscina al aire libre del polideportivo. Un refrescante final que ponía la guinda a una carrera sobresaliente en todos los aspectos.