Rock and Roll Madrid Maratón

Desde que hace un año Competitor Group se hiciera cargo del Maratón de Madrid algo ha cambiado. Al hecho de incluirlo dentro del circuito de Maratones Rock´n´Roll, hay que unirle el esfuerzo que están realizando por promocionarlo a nivel internacional. No obstante, este año el Maratón ya contaba con casi 4.000 corredores extranjeros en la línea de salida. Al mismo tiempo, se están buscando otros objetivos, como potenciarlo a nivel de participación, incluyendo la posibilidad de correr una carrera de 10 kilómetros y un Medio Maratón, además del propio Maratón, lo que permitió llegar a la cifra oficial de 26.000 inscritos entre las tres distancias, que al final resultaron ser 20.665 llegados a meta (10.462 en el Maratón; 4.817 en el Medio Maratón; y 5.386 en la de 10 km). Pero, además, pretenden convertir la carrera en un evento festivo del que formen parte, al incluir a lo largo del recorrido a 21 bandas de rock y favorecer la participación del público en un Concurso de Fotografía, más personas que un grupo numeroso de runners.

Además, ya se está barajando la posibilidad, de cara a futuros años, de acabar con el verdadero talón de Aquiles del Maratón (su duro recorrido), modificándolo y tratando de suavizarlo todo lo posible con el fin de darle más prestigio, ya que facilitaría la participación de atletas de mayor envergadura y de un mayor número de atletas populares.

Organización

Este año la organización apostó por lograr que se inscribieran en la carrera un número amplio de corredores, llegando a cerrar el cupo establecido en 26.000 entre las tres distancias. Atender a tanta cantidad de atletas es un riesgo ya que requiere un sobreesfuerzo de la organización para responder a las demandas de todos y cada uno de los atletas participantes. Y si en algunos aspectos lo han logrado, en otros, sin embargo, no. La Feria del Corredor estuvo en general bien organizada. Había un amplio número de voluntarios que atendieron con premura, incluso en horas punta, las demandas de los runners que asistimos a recoger la bolsa del corredor y el dorsal-chip.

Sin embargo, ha habido algunos defectos que la organización debe mejorar si quiere evolucionar positivamente. Las entradas en los corrales en la salida han resultado escasas, lo que ha provocado atascos y que el acceso a la carrera fuera muy lento y tedioso. Pero el principal problema se vivió en el guardarropa, donde los once camiones y los voluntarios que allí se encontraban resultaron escasos para atender la demanda de tantos corredores (y más en un día frío como fue el que hizo el domingo), a la vez que el nuevo sistema ideado este año (poner una pegatina en el dorsal y en la bolsa en el momento de entregar ésta) ralentizó en exceso el proceso, formando largas colas y grandes esperas de tiempo, de hasta 40 minutos, que provocaron nervios y que algunos atletas llegaran tarde a la salida. Y también en la llegada, a la hora de recoger las bolsas, se vivieron escenas de cierto caos. El del guardarropa ha sido, sin duda, el principal fallo organizativo del Rock and Roll Madrid Maratón.

Por otra parte, aunque bien dotados, los avituallamientos, tanto a lo largo de la carrera como, especialmente, en meta, eran de accesibilidad compleja. A lo largo de la carrera porque, debido al alto número de participantes en la prueba, había que tener cuidado para no pasártelo sin coger un botellín de agua o para no tropezarte con otro corredor y en meta porque, en vez de entregarlo en una bolsa ya preparada por la organización, si se deseaba acceder al mismo, el corredor tenía que esperar, después de haber estado corriendo 3, 4 o más horas, una fila de una extensión aproximada a los 10 ó 15 minutos.

Circuito

Pero sin lugar a dudas, el gran lastre del Maratón es su recorrido. El circuito es muy duro de principio a fin, especialmente a lo largo de los últimos diez kilómetros, precisamente cuando las fuerzas ya flaquean. Es un circuito en el que, además, es rara la ocasión que se llanea, lo que impide que el corredor pueda coger su verdadero ritmo de carrera. De hecho, la prueba es un continuo subir y bajar, con lo que ello supone para el estado físico del runner.

La carrera empieza con una tendencia clara de subida que se prolonga hasta, aproximadamente, el kilómetro 10. Luego se pasa a un período de bajada, con algunos repechos significativos, que llega hasta aproximadamente el kilómetro 24. Seguidamente, coincidente con la entrada a la Casa de Campo, hay varios kilómetros de subida, seguidos inmediatamente de otros hacia abajo, algunos con tal pendiente que llegan, incluso, a maltratar las rodillas, tobillos y demás articulaciones del runner. Y como colofón, el maratón termina con 7 kilómetros de un constante subir que no hacen más que desgastar las pocas energías que al corredor aún le quedan y convertir el final de la prueba en un verdadero sufrimiento.

Sensaciones

A nivel personal, este maratón ha sido muy emotivo. Y lo ha sido porque después de un duro invierno a nivel personal, que me ha impedido entrenar tal y como hubiera deseado, me apostaba en la línea de salida con una sensación de zozobra por ver cómo iba a responder mi cuerpo ante una prueba tan exigente, pero, a la vez, con la creencia de que tenía garantías de éxito. Por otra parte, este año contaba con la ventaja de que, afortunadamente, la temperatura este año no iba a ser un elemento en nuestra contra; cierto es que ha hecho mucho frío, especialmente a partir de las 11 de la mañana, pero este tiempo, para mi gusto, es preferible al calor que he vivido en pasados maratones.

Y con esas premisas inicié la carrera. La salida fue bastante buena ya que rápidamente adopté un ritmo acorde a mis facultades. Sin embargo, casi a mitad de recorrido, mucho antes de lo previsto, las primeras molestias hicieron acto de presencia; los abductores se me estaban cargando demasiado pronto, y lo peor es que aún quedaba lo más exigente. Desde que aparecieran esas molestias hasta meta, la carrera ha sido un devenir de continuas sensaciones; por un lado, en líneas generales, puedo decir que me he visto bien preparado a nivel de condicionamiento físico y psíquico y, por otro, sin embargo, he sufrido, como hacía años no padecía, de fuertes dolores en rodillas y abductores.

La sensación final podría decir que es satisfactoria, pero creo que, en gran medida, ha sido así, porque he tenido la fortuna de ir acompañado de Alfonso, Javi y Miguel Ángel, ya que, aparte de disfrutar de su compañía y hacer más agradable las más de cuatro horas que hemos estado corriendo, en aquellos momentos en los que he sufrido algún desvanecimiento, ellos han sido los que han estado apoyándome, marcándome el ritmo y haciéndome más fácil el trayecto hacia la meta.

Hoy he vuelto a disfrutar de la sensación de superarme a mí mismo, he vuelto a emocionarme al traspasar la línea de meta, he vuelto a sentirme fortalecido por haber logrado superar el reto del maratón y, en definitiva, he vuelto a experimentar la sensación de logro consecuente al trabajo previo bien hecho. Hoy he vuelto a crecer como persona.

Conclusión

Con la disputa del Maratón, se acaba una etapa. Considero más que conveniente tanto a nivel mental como a nivel físico cambiar de actividad para preservar en el tiempo la afición por el atletismo. Por eso, el atletismo en ruta debe dar paso a otro deporte; en mi caso, una vez me haya repuesto físicamente del esfuerzo realizado, comenzaré los entrenamientos en montaña hasta lograr la preparación suficiente para realizar el próximo 9 de Junio la Maliciosa Vertical.

Hoy se ha cumplido un sueño; el esfuerzo de la organización ha tenido sus frutos. Más de 20.000 personas, además de sus familiares, hemos podido disfrutar, cada uno en la distancia elegida, de atletismo en estado puro.