Javier Serrano: "Correr debe aportarnos felicidad"

¿Qué va a encontrar el lector en El Manual del Buen Corredor?

Lo resumiría en cuatro puntos: 1. Es un libro didáctico, porque tiene consejos, pautas y planes de entrenamiento. 2. He pretendido que sea divertido; no quería hacer un libro puramente técnico, sino que el lector también se pueda reír con las historias que se cuentan. 3. Que sea para todos los públicos dentro del running, desde el que no ha corrido nunca y quiere empezar hasta el corredor experimentado; 4. Quería buscar una identificación con el corredor; que vea que el que escribe es uno de los suyos, que ha pasado por las mismas desventuras y dificultades. Que cuando nos obsesionamos por los ritmos, nos agobiamos porque no salen los tiempos, o el estar lesionados nos parece la cosa más importante del mundo, no es porque seamos bichos raros, sino porque la mayoría de los runners lo sentimos así. Por eso, el libro tiene una importante parte sociológica, psicológica y anímica.

En el libro se habla de cómo mejorar, con planes y consejos, pero siempre con la idea central de disfrutar del running. ¿Es la filosofía que has querido transmitir?

Sí, lo resumo en la frase de que "Hay que correr para vivir, y no vivir para correr". Lo más importante de cualquier entrenamiento o competición es que te apetezca repetir y volver a correr. Esta actividad nos debe aportar felicidad; debemos disfrutar de cada zancada. En cuanto entramos en esa fase que nos agobia, que nos sentimos culpables porque no hemos entrenado, que deberían salirte unos tiempos y no están saliendo, que entramos en una neurosis que convierte la afición en una esclavitud, quizá sea el momento de bajar revoluciones, salir a correr para disfrutar, olvidándote de planes y objetivos, y cuando tu cabeza se haya refrescado volver a intentarlo. Correr es una actividad fantástica si sabemos como realizarla. Pero el corredor debe estar siempre por encima de su afición; utilizarla en su propio beneficio. Y esto no significa correr poco, ser un vago o no cumplir con unas rutinas.

¿Los corredores de más nivel también podrán sacar consejos útiles de tu libro?

Creo que sí porque hay muchas pautas concretas, consejos, planes e indicaciones de cómo seguir esos planes. Los hay de iniciación pero también más avanzados, por ejemplo para bajar de 40 minutos en 10.000, de 1h:24 en Medio Maratón o de 3 horas en Maratón, que ya son niveles notables para un corredor popular. El libro se puede adaptar a cualquier nivel porque está pensado para ello.

En todos estos años has entrenado y conocido a muchos corredores populares, ¿cuál es el perfil más habitual que te has encontrado?

El que más me encuentro es el de una persona que lleva una temporada corriendo y quiere enfrentarse al reto de alguna carrera popular pero sin llevarlo al extremo. La gente ahora lo hace con más sentido común, porque se da la circunstancia de que ese fue un error que yo cometí. He escrito este libro no porque sea un buen corredor, sino porque he cometido tantos errores que sé lo que no debe hacer un runner. Hace dos décadas éramos más salvajes, íbamos a degüello en cuanto nos calzábamos las zapatillas. Ahora la gente sabe que no hay que ir todos los días a tope, que hay que alternar entrenamientos de calidad con otros más suaves, darle su dosis de descanso al cuerpo, etc. Hace 20-25 años el que corría es porque era muy fanático, y ahora el running se ha popularizado. Cuando vas subiendo de nivel buscas otros retos y nuevos límites, a todos nos gusta, pero ahora se hace con una base y un planteamiento más lógico.

¿Qué explicación encuentras al boom que ha vivido el running en nuestro país?

Muchos de quienes ahora se enganchan a correr lo hacen por una motivación que antes no estaba tan asumida por la sociedad. Vamos cumpliendo años, llevamos una vida sedentaria, y los medios de comunicación hablan y escriben mucho sobre vida saludable, así que queremos cumplir esos años en buenas condiciones. De las diferentes motivaciones de las que hablo en el libro para empezar a correr la que más se da ahora es la de sentirse bien. Correr es una de las actividades más sencillas que hay, porque no necesita ninguna logística y muy poco material. Puedes correr en cualquier lugar, y es sencillo, saludable y reconfortante.

¿Qué adjetivos crees que definen a la mayoría de los corredores?

Los corredores son disciplinados, trabajadores, constantes y solidarios, porque aunque sea un deporte individual hay pocas actividades tan solidarias como el running, y esto se ve claramente en las carreras o cuando se entrena en grupo.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de tus 20 años como corredor popular?

Un momento muy especial es cuando terminas tu primer maratón. En el libro digo que te conviertes en leyenda, no para los demás pero sí para ti, porque has traspasado un umbral que quedará para siempre. Y sin la intensidad emocional de éste, diría otros dos momentos: bajar de 3 minutos en los 1.000 metros, porque estuve trabajando mucho tiempo para conseguirlo, y como entrenador me saqué la espina de no haber bajado nunca de las 3 horas en maratón consiguiéndolo con un pupilo, mi amigo Javi Carralero.